Descripción enviada por el equipo del proyecto. Casa en el Bosque es un hogar que dialoga, se mimetiza e interactúa en simbiosis con su entorno natural. Emplazada sobre un terreno de 690.38 m2, con una pendiente del 28% al 35%, distribuye su programa en 4 volúmenes conectados por escaleras, pasillos y puentes exteriores que respetan la topografía y la vegetación original del sitio. Terreno irregular con 13 metros de frente al sur, 45 fondo y 23 metros en su colindancia posterior al norte que da a un paseo peatonal común del fraccionamiento.
La ubicación de los volúmenes fue guiada por los árboles (copas y raíces) , cada módulo fue situado cuidadosamente para conservar los diecisiete árboles que habitaban el sitio. Los conectores exteriores liberan metros cuadrados, dejando más área libre a la vegetación, y propician la continua interacción del usuario con el exterior.
Son 4 pabellones que albergan una cochera y bodega 61.9m2, un pabellón social 45.1m2 con una terraza y un patio interior, un pabellón privado de descanso 30m2 y un pabellón privado para visitas de 27.72m2
El proyecto busca aprovechar al máximo los recursos que brinda el contexto inmediato, la vasta vegetación crea un microclima de sombras y brisa fresca que contrasta con el clima extremo de la ciudad. Nos situamos debajo de la copa de los árboles pero flotados del terreno natural. Ganando vistas, ventilación y una exposición solar controlada.
La idea rectora del proyecto fue lograr una “Huella Mínima” en el sitio.
Huella Mínima.
Para la energía, mas que producir, consumir lo mínimo. Para el consumo de agua, usar la gravedad y reducir el uso. Para la lluvia, permitir la infiltración al subsuelo y los causes naturales evitando erosiones. Para la flora y la fauna, integrarnos a sus ciclos. Para el sustrato, regenerar lo que se deñe por la huella humana. Para el factor económico, solucionar desde los recursos locales mas lógicos. Para la iluminación, aprovechar la luz del día y reducir consumo de noche. Para el control de la temperatura. Sistemas pasivos tradicionales y lógicos. Para la tecnología, enfocarnos las comunicaciones y simplificar tareas cotidianas. Para la vida útil. Reconocer nuestro entorno.